TransBrothers Team

Sábado 4 de Junio. Casa de Campo (Madrid). En el marco de la Copa del Mundo de Triatlón, se celebra la Triatlón Popular de Madrid (así como el clasificatorio para el campeonato de España, para los Europeos en la categoría junior y otras pruebas...). El ambiente que se respira es de lujo. Muchos atletas y aficionados. Esa misma mañana, los hermanos Brownlee daban una exhibición y se llevaban la prueba, por delante del defensor del título, el español Javier Gómez Noya.

Lo cierto es que me inscribí sin un objetivo claro o una razón de peso, pero la modalidad supersprint (300m nadando+7,7km bici+2km corriendo) me parecía una distancia asequible y después de ser finisher de la Transvulcania, necesitaba encontrar un nuevo estímulo: durante los últimos 22 meses, cuando corrí mi primera prueba de montaña, acabar la ultramaratón se había convertido en mi principal motivación "atlética". Qué lejos queda ya...

Tras recoger dorsal y resto de documentación el día anterior, me dirigí al Lago de la Casa de Campo con bastante antelación para poder analizar lo que más le preocupa a un novato: las transiciones. Afortunadamente, mientras nos llamaban a boxes, coincidí con otro popular en idénticas circunstancias, así que pusimos en común nuestros escasos conocimientos para dejarlo todo listo. Bicicleta bien colocada, dorsal preparado, casco, tenis... visualización de las salidas y entradas de las diversas pruebas y... ¡a nadar! Nos colocan por cámaras de llamada: primero mujeres, a los tres minutos el primer grupo de hombres y a los ocho minutos, el segundo grupo.

Una vez en la plataforma, nervioso y sin tiempo de pensar en nada más que no sea en poder hacer la natación lo mejor posible (es, sin lugar a dudas, la peor "etapa" en una triatlón, al menos para mí), suena el silbato de los jueces. Me lanzo de cabeza y empiezo a nadar... a los 30 metros, entre la emoción y los nervios, me doy cuenta de que me ha entrado agua en las gafas, que voy demasiado rápido y que el agua está asquerosa. Era absolutamente verde y chocaba con algas cada vez que daba una brazada...

Siendo consciente de mis limitaciones en natación, decido bajar el ritmo antes de arrepentirme, y empieza a pasarme mucha gente. No me importa, voy a hacer mi carrera y a disfrutar, que para eso he venido. A mitad de prueba, un compañero pide ayuda y aviso a una lancha de la organización para que acudan a su "rescate". Una vez atendido, sigo a lo mío, con ritmo lento pero constante. Ya en los últimos 30 metros, miro atrás con "miedo" de ser el último, pero aún quedaban algunos...

Salgo del agua en aproximadamente nueve minutos, y empiezo a correr hasta la zona de boxes, donde me espera mi querida bicicleta. Por el camino adelanto al menos a cinco personas y me voy animando. Llego a la bici, tiro mis gafas y mi gorro, me coloco el casco, el dorsal, los calcetines y los tenis, y corro  hasta la zona donde los jueces te permiten subirte ya a la bici. Adelanto a otras 4 personas más en la transición. Aunque no soy un buen ciclista, ciertamente se me da mucho mejor que la natación, así que, una vez subido en ella, pongo el mayor desarrollo posible y salgo a la "caza". Como intuía, en la bajada ya adelanté a algunas personas, pero cuando empieza la subida al Teleférico, me subo encima de la bicicleta y exprimo las piernas. Sorprendentemente, soy el único que va de pie, con lo que acorto distancia con el resto con cada metro que avanzaba. En los 3 kilómetros de subida (no dura, pero con repechos que llegan al 12%), adelanté como poco a 25 personas. La sensación era genial... Así debe sentirse Contador subiendo el Tourmalet, ¿no? :D

Hecha la "cima", y hasta la zona de transición, un ciclista que me llevaba "chupando rueda" desde hacía un buen rato, me pasa con su bicicleta de 1000€ e intento seguirle la estela. Sigo adelantando gente hasta la transición. Pie al suelo, dejo la bici y salgo nuevamente corriendo a hacer los últimos 2 km. Estoy algo cansado del esfuerzo extra de la bicicleta, por lo que mi ritmo no es todo lo bueno que podía esperar, pero aún así, completo la distancia en poco más de 9 minutos, para entrar a meta con un tiempo total de 43'45". Contentísimo y con un sabor de boca muy agradable.

Así que... ¡ya soy triatleta! La organización estuvo bien, había mucha gente animando... pero sobre todo, me quedo con la experiencia: es algo diferente hacer tres modalidades distintas en una sola prueba. A falta de clasificaciones (que es lo que menos me importa para ser mi primera vez), ya tengo un nuevo objetivo: modalidad sprint (750m nadando, 23km bici, 5km corriendo). Es la mitad de la distancia olímpica. Suficiente para convertirse en un nuevo estímulo.